La indefensión de las víctimas
Los fallos en el funcionamiento de las pulseras de órdenes de alejamiento para maltratadores han generado una alarmante indefensión entre las mujeres que sufren violencia de género en España. Muchas de estas mujeres han sido testigos de cómo sus agresores han quebrantado las medidas de protección establecidas, sin poder presentar denuncias efectivas. En algunos casos, la situación ha sido aún más grave, ya que los agresores han logrado ser absueltos debido al borrado de datos del software que controla las pulseras.
Este escenario ha dejado a las víctimas en una situación de vulnerabilidad extrema, donde la protección que se suponía debían recibir se convierte en un mero trámite administrativo sin consecuencias reales. La falta de eficacia de estas medidas ha suscitado un debate sobre la responsabilidad del Gobierno en la protección de las mujeres frente a la violencia machista.
Minimizando el problema
En medio de este contexto, la secretaria de Igualdad del PSOE y candidata de Valencia, Pilar Bernabé, ha intentado minimizar la gravedad de la situación. Con declaraciones como \»son efectivas, porque ninguna ha fallecido\», se busca desviar la atención de los fallos sistemáticos que han puesto en riesgo la vida de muchas mujeres. Este tipo de afirmaciones resulta desconcertante y refleja una falta de empatía hacia las víctimas que han sufrido las consecuencias de un sistema que no está funcionando adecuadamente.
El intento de justificar la ineficacia de las pulseras a través de estadísticas que no reflejan la realidad de las víctimas es un claro ejemplo de cómo se puede trivializar un problema tan serio. Las mujeres merecen un sistema de protección que funcione y que garantice su seguridad, en lugar de ser objeto de discursos que ignoran su sufrimiento.
