El turismo masivo es insostenible y autodestructivo, y estos diez antiviajes en América lo demuestran

El turismo masivo representa un fenómeno de 1,500 millones de personas desplazándose por el mundo. La imagen de vacaciones que se comparte en redes sociales rara vez revela la historia completa. Detrás del resort \»todo incluido\» y la fotografía ideal para Instagram, frecuentemente se oculta una maquinaria industrial que conlleva profundas repercusiones sociales y económicas. A través de un análisis crítico, se expone el lado oscuro de una de las industrias más grandes del planeta.

Un viaje a la realidad del turismo

Mediante una serie de crónicas de viaje que se asemejan más a reportajes de investigación, se presenta un itinerario que deliberadamente evita lo placentero. Desde los cimientos de hoteles de lujo en Cancún, construidos sobre la explotación laboral, hasta el desplazamiento de comunidades en Cartagena de Indias y Bariloche, se documenta cómo el turismo masivo, dominado por grandes monopolios, puede \»hacer morir de éxito\» a las ciudades.

No se trata de una guía de viajes, sino de su antítesis: un manual que invita a reflexionar sobre por qué, tras su lectura, ningún lector volverá a viajar de la misma manera. Se acuña el término \»literatura de antiviajes\» para diagnosticar una industria que arrasa con la identidad de los lugares que idealiza. La pregunta persiste: ¿podemos ser mejores viajeros? Tal vez, pero primero es necesario comprender el problema.

La disonancia entre promesa y realidad

Detrás de la imagen perfecta del agua turquesa y la arena blanca, se esconde una maquinaria industrial. La playa idílica está, a menudo, ahogada en sargazo. El centro histórico de la ciudad mágica se ha transformado en un parque temático para turistas, donde los locales ya no pueden residir. El aeropuerto, lejos de ser una puerta al descanso, se ha convertido en un purgatorio de consumismo forzado y esperas interminables.

Esta disonancia entre lo prometido y lo real es el punto de partida para un análisis profundo de la industria turística. La crítica se centra en cómo el turismo, en su búsqueda de lo virgen y lo exótico, termina destruyendo lo que codicia. La reflexión se vuelve necesaria, ya que cada paso en una playa virgen implica su destrucción.

\»El turismo destruye todo lo que busca, lo que codicia. En cuanto llegas a esa playa virgen, ya por el hecho de haberla pisado, la has destruido.\»