Juan Villoro sobre la IA: técnicamente, la mayoría de nosotros ya somos sustituibles

Hace unos días sonó una alarma y pensé que iba a temblar en la Ciudad de México, pero cuando salí al pasillo, no había nadie. Le toqué la puerta a mi vecina, esperando en el fondo que me confirmara que el ruido no era la alerta sísmica, pero al ver que no estaba, volví a encerrarme. Sentía que mis oídos iban a estallar.

Busqué torpemente alguna información en mi teléfono. Aunque no me fuera útil, no podía soltarlo, como si de ese aparato dependiera mi vida. Salí otra vez al pasillo y bajé por las escaleras, igual que dos señoras a las que luego rescaté porque se habían perdido en el laberinto del edificio. Una de ellas me mostró un correo electrónico que anunciaban revisiones en los detectores de humo. Entonces supe que la alarma que se activó no era la que creía.

Reflexiones sobre la tecnología

Reparé en aquella situación cuando comencé a leer el último libro de un autor contemporáneo, No soy un robot (Anagrama, 2024), un ensayo personal que defiende los talentos, o esa capacidad sensible del ser humano, que todavía nos distingue de las máquinas.

En una rueda de prensa de la décima edición del Hay Festival Querétaro, a comienzos de septiembre, se habló de la tecnología como un condicionante de nuestra comunicación y el mundo actual. Se confesó, de forma jocosa, que aunque no lo pensó en esos términos, escribió este libro porque ya no puede hablar con su hija. “Tiene 25 años y pertenece a una generación digital. Me comunico con ella por WhatsApp estando en el mismo lugar. Si yo le hablo se asusta, porque parece que se está incendiando la casa. Luego nos reunimos y hablamos de las series que ve. Tenemos una relación buena, pero está mediada por el mundo robótico”.

La inteligencia artificial y sus implicaciones

A partir de la pandemia, se indagó aún más en el origen de la inteligencia artificial y sus múltiples usos. Si bien no se presenta como un experto en el tema, en varias ocasiones se ha acercado a los especialistas para sopesar sus temores, quedando más nervioso que antes. “Te dicen que esto no lo habían visto nunca y que no están preparados para enfrentarlo”.

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