Musk estaba a punto de conseguir un importante contrato gubernamental cuando Grok alabó a Hitler

En las últimas semanas, tres de las principales empresas estadounidenses de inteligencia artificial han establecido asociaciones con el gobierno de EE UU, ofreciendo el uso de sus servicios a los empleados federales a un costo simbólico. Se esperaba que xAI de Elon Musk participara en la iniciativa, pero la colaboración se desmoronó tras la difusión de teorías conspirativas antisemitas por parte del chatbot Grok en X a principios de julio, según información recopilada por WIRED.

El desorden en torno al acuerdo de Grok refleja el enfoque actual de la administración Trump, caracterizado por su rapidez y su desprecio por las normas preexistentes en la contratación de tecnología gubernamental.

El 15 de mayo, tras un breve viaje a Oriente Medio con el presidente Donald Trump, el CEO de OpenAI, Sam Altman, envió un correo electrónico al equipo directivo de la Administración General de Servicios (GSA), la agencia federal encargada de gestionar la tecnología gubernamental. En su mensaje, se mostró inspirado por el deseo de Trump de \»ir a lo grande\»: \»Con eso en mente, he pensado que necesitamos equipar a toda la fuerza de trabajo federal con las mejores herramientas de IA de su clase\».

Este correo electrónico dio inicio a un acelerado proceso de contratación. El 21 de mayo, OpenAI se reunió en persona con miembros del personal de la GSA para discutir una posible colaboración, según documentos obtenidos por WIRED. \»Discutimos la identificación de iniciativas estratégicas \’de arriba hacia abajo\’, con la reforma de la contratación emergiendo como un candidato prometedor\», escribió Felipe Millon, responsable de ventas federales en OpenAI, en un correo electrónico. \»OpenAI está preparada para dedicar recursos específicamente a explorar cómo la IA puede apoyar y mejorar efectivamente esta área de alta prioridad para la GSA\».

Acuerdo con la GSA

El 6 de agosto, la startup líder en IA anunció una asociación significativa con la GSA, que proporciona a los trabajadores federales acceso a ChatGPT Enterprise por una tarifa nominal de 1 dólar durante el primer año. Este acuerdo sorprendió a algunos empleados federales, quienes consideran que esto equivale a un regalo de una empresa tecnológica, algo poco habitual. \»No es común\», afirmó un trabajador familiarizado con el proceso de contratación que habló con WIRED. Señalaron que, aunque la GSA ha actuado rápidamente en el pasado para incorporar nuevas herramientas tecnológicas, aceptar lo que equivale a un \»regalo\» de una empresa tecnológica es \»atípico\». OpenAI y la GSA no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios de WIRED.

OpenAI ha asegurado que no utilizará las conversaciones con los trabajadores federales como datos de entrenamiento para futuros modelos. La compañía también confirmó a WIRED que las interacciones de los empleados federales no estarán sujetas a la orden judicial que obliga a la startup a preservar indefinidamente los datos de ciertos chats de consumidores.

Colaboraciones con otras empresas

En agosto, el gobierno de EE UU también anunció asociaciones con sus competidores de OpenAI, Anthropic y Google Gemini. Asimismo, se alcanzó un acuerdo con Box, una plataforma de gestión de contenidos impulsada por IA. Este impulso forma parte del plan de la administración Trump para modernizar el gobierno federal con una mayor dependencia de las herramientas de IA. Este movimiento sigue al Plan de Acción de IA del presidente, presentado el mes pasado, que aboga por menos regulación y un incremento en la adopción de IA en todo el gobierno.

\»Cuantos más silos y sistemas heredados haya, cuanta menos colaboración exista y menos se compartan datos importantes entre organismos, más difícil será tomar decisiones mejores y más informadas en áreas críticas\», explicó a WIRED Aaron Levie, CEO de Box.