Nvidia o Microsoft, ¿cuál alcanzará primero un valor de 4 billones de dólares?

Nvidia o Microsoft, ¿cuál alcanzará primero un valor de 4 billones de dólares?

En el ámbito bursátil, Nvidia ha logrado recientemente superar a Microsoft, convirtiéndose en la empresa más valiosa del mundo. Este cambio se produjo tras el notable aumento de las acciones del fabricante de chips, que alcanzaron un máximo histórico de 157.75 dólares el 27 de junio, elevando su capitalización a aproximadamente 3.85 billones de dólares, en comparación con los 3.1 billones de la gigante de Redmond. Ambas compañías tecnológicas ahora compiten por alcanzar, por primera vez en la historia, el umbral simbólico de 4 billones en capitalización, un indicador clave del valor que los mercados asignan a una empresa. Según las proyecciones de los analistas, este umbral podría alcanzarse ya en el verano de 2025, impulsado por el crecimiento de la inteligencia artificial, que ha contribuido a aumentar el valor de Nvidia en más de 2 billones en solo un año y medio.

Concentración de poder en el sector tecnológico

Este auge en el sector de la inteligencia artificial ha concentrado una riqueza sin precedentes en manos de unas pocas empresas tecnológicas. Las cinco principales corporaciones tecnológicas estadounidenses (Apple, Microsoft, Nvidia, Alphabet y Amazon) han alcanzado una capitalización total que supera los 14.5 billones de dólares, lo que representa aproximadamente el 32% del índice S&P 500, que mide el rendimiento de las 500 mayores empresas que cotizan en la bolsa de Estados Unidos. Para poner esto en perspectiva histórica: en 2002, tras el estallido de la burbuja puntocom, la capitalización total de todas las empresas que cotizaban en Estados Unidos era de 11.1 billones de dólares. Hoy, estas cinco gigantes por sí solas valen más que todo el mercado bursátil estadounidense de hace dos décadas.

Esta concentración se explica por lo que los economistas denominan «economía del ganador se lo lleva todo», un fenómeno en el que las empresas que dominan tecnologías clave se apropian de una parte desproporcionada del crecimiento económico global. Microsoft y otras empresas tecnológicas se benefician de los efectos de red y los costos de cambio, creando barreras competitivas prácticamente insalvables. Sin embargo, esta concentración también genera riesgos sistémicos significativos para la estabilidad de los mercados financieros globales. El rendimiento de estas cinco acciones influye cada vez más en el rendimiento de todo el sistema financiero estadounidense, creando lo que los analistas llaman un «punto único de fallo», un punto crítico donde el mal funcionamiento de un solo elemento puede comprometer todo el sistema.

La inteligencia artificial como motor de crecimiento

La concentración de poder económico se encuentra en gran medida vinculada al surgimiento de la inteligencia artificial como motor principal del crecimiento de la economía global. Las empresas tecnológicas están invirtiendo cantidades sin precedentes en infraestructura de IA, las instalaciones físicas y digitales necesarias para su funcionamiento, con gastos de capital que podrían alcanzar los 320,000 millones de dólares en 2025, lo que representa un aumento de 90,000 millones de dólares respecto a 2024. La IA está generando lo que los economistas denominan un «superciclo» tecnológico, un periodo prolongado de crecimiento económico impulsado por una tecnología disruptiva.

Los efectos de este superciclo se propagan a través de la economía digital mediante importantes efectos multiplicadores. Wedbush Securities estima que, por cada dólar gastado en chips de Nvidia, se generan entre 8 y 10 dólares de valor añadido en toda la pila tecnológica, que abarca el conjunto de tecnologías y servicios que conforman un sistema informático completo. Esto explica por qué las valoraciones de las empresas de IA parecen desconectadas de las métricas tradicionales: reflejan la capacidad de capturar valor de un ecosistema económico en rápida expansión, un conjunto interconectado de empresas y tecnologías. Más allá de la economía, la competencia por el control de la infraestructura de IA tiene importantes implicaciones geopolíticas. La propiedad de las tecnologías que habilitan la IA determinará el equilibrio de poder entre las naciones en el siglo XXI, de manera similar a cómo el control de los recursos energéticos definió el equilibrio de poder geopolítico en el siglo XX. Las restricciones estadounidenses a las exportaciones de chips avanzados a China, que han causado a Nvidia pérdidas multimillonarias, demuestran cómo la tecnología de IA se ha convertido en un activo nacional estratégico, considerado esencial para la seguridad y competitividad de un país.