Una startup mexicana de IA puede reconfigurar la creatividad: la historia de Seenapse

En un contexto donde los modelos de lenguaje (LLM) dominan las noticias y los prompts inundan las plataformas digitales, parece que no queda nada por decir sobre la inteligencia artificial y su relación con la creatividad. Sin embargo, la perspectiva cambia radicalmente al escuchar a Rafa Jiménez, fundador y CEO de Seenapse, una startup mexicana que ha estado investigando el uso de la IA para potenciar el pensamiento creativo desde antes de que ChatGPT se hiciera famoso.

Seenapse no surgió como una reacción a la tendencia de la IA generativa, sino como una solución artesanal a un problema cotidiano: la complejidad del proceso de ideación. “Nuestro objetivo era ayudar a las personas a generar más y mejores ideas de manera más rápida”, comenta Jiménez, quien ha experimentado las dificultades del trabajo creativo en dos de sus áreas más dinámicas: la tecnología y la publicidad.

Seenapse actúa como un copiloto creativo especializado. No intenta reemplazar al creativo ni ofrecerle frases prefabricadas. En su lugar, sugiere conexiones mentales inesperadas a través de un dataset original, creado manualmente mediante asociaciones subjetivas aportadas por humanos.

Antes de los LLMs: la IA como acompañante, no como autor

Lo que comenzó como un ejercicio lúdico de recolección de asociaciones mentales, similar a un brainstorming colectivo digital, ha evolucionado con la llegada de modelos de lenguaje como GPT. Actualmente, Seenapse combina ese dataset con LLMs para generar ideas que no solo sorprenden, sino que también pueden ser formuladas y desarrolladas de manera práctica, evitando caer en la obviedad algorítmica. Sin embargo, como toda herramienta que desafía los paradigmas establecidos, Seenapse ha enfrentado un camino complicado.

Creatividad asistida: ¿trampa o superpoder?

Una de las barreras más persistentes es la percepción de que utilizar IA en procesos creativos es una forma de hacer trampa. Jiménez lo explica de esta manera: mientras que en el ámbito del desarrollo de software copiar y pegar código se considera una práctica eficiente, en la industria creativa admitir el uso de IA puede ser casi un tabú. “Mantenemos una imagen muy frágil de nosotros mismos como creativos”, reflexiona. “Muchos piensan que su valor radica en ser únicos. Entonces, si una máquina te asiste, sientes que has perdido esa magia”.

Seenapse ha tenido que navegar este terreno con un esfuerzo doble: por un lado, el diseño del producto requiere que el usuario esté presente, dirigiendo la conversación y moldeando los resultados. Por otro lado, el discurso en torno a la herramienta enfatiza que el mérito sigue siendo del humano. A pesar de esto, Jiménez reconoce que superar esta barrera de percepción sigue siendo el mayor desafío de la empresa.

Aun las agencias que utilizan Seenapse con éxito a menudo prefieren no hacerlo público. No por falta de resultados, sino por miedo al juicio profesional. No se trata de calidad, sino de orgullo.

Startups de IA en Hispanoamérica: creatividad con doble frontera

Más allá de la batalla cultural, existe otra frontera más tangible: la geográfica. Las startups de IA en Hispanoamérica no solo compiten por atención en un ecosistema saturado por gigantes del norte, sino que también lo hacen con menos recursos, infraestructura y capital de riesgo dispuesto a invertir en ideas innovadoras.

Seenapse, que creó su primer dataset con colaboradores motivados por el interés, representa una forma de resistencia creativa: una IA hecha a mano, sin funding millonario ni datos scrapeados de la web. Este experimento no solo ofrece una visión alternativa de la tecnología, sino que está diseñado para respetar y amplificar la subjetividad, en lugar de anularla.

¿El futuro? Algo entre lo obvio y lo absurdo

Seenapse no promete milagros, pero sí algo más intrigante: caminos de pensamiento que no habrías descubierto por ti mismo. “Lo más valioso suele estar entre lo obvio y lo absurdo”, señala Jiménez, y esta afirmación podría definir no solo el producto, sino también el momento histórico que vivimos en relación con la creatividad y la IA.

En un presente donde la producción creativa se ve presionada por la velocidad, la eficiencia y la uniformidad algorítmica, Seenapse propone un giro inesperado: utilizar la IA no para cerrar caminos, sino para abrir nuevas sendas mentales.

¿Y si la creatividad no se mide por su pureza, sino por su capacidad de conexión?

Esta es una pregunta incómoda para una industria que ha construido su prestigio sobre el mito de la autoría individual. Sin embargo, si la historia de la tecnología nos ha enseñado algo, desde CorelDRAW hasta Midjourney y más allá, es que cada nueva herramienta desafía nuestras definiciones de talento, originalidad y mérito.

Seenapse no es una promesa de reemplazo. Es una invitación a colaborar con la IA como un engranaje del proceso creativo, sin convertirse en el protagonista que parece ser hoy.