La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que azotó Valencia en octubre de 2024 dejó tras de sí una estela de destrucción que no solo afectó a viviendas e infraestructuras, sino también al mercado de vehículos usados de la ciudad. Talleres inundados, concesionarios con stock dañado y propietarios que tuvieron que abandonar sus coches han transformado un sector ya complejo en un desafío para compradores y vendedores.
Un golpe directo al parque automovilístico
Según datos de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos Usados (GANVAM), en Valencia más de 3.000 coches quedaron inutilizados debido a las inundaciones, principalmente en los distritos más afectados como Poblats Marítims, Patraix y Algirós. Muchos de ellos eran vehículos de gama media y económica, precisamente los más demandados en el mercado de segunda mano.
El resultado inmediato fue una reducción significativa de la oferta. Con menos coches disponibles, los precios han comenzado a subir de manera notable. “Estamos viendo incrementos de entre un 15% y un 25% en algunos modelos”, señala Marta Rodríguez, gerente de un concesionario de coches de segunda mano en el centro de Valencia. “Y no solo eso, muchos coches que sobrevivieron a la DANA necesitan reparaciones costosas antes de volver al mercado”.
Compradores frente a un mercado cambiante
Para los compradores, la situación se ha vuelto complicada. La combinación de escasez de vehículos y la subida de precios ha generado tensión en el mercado. Los particulares que antes podían encontrar un coche usado fiable por 5.000 euros ahora se enfrentan a ofertas que superan los 6.000 o incluso 7.000 euros por modelos similares.
Además, existe una preocupación creciente por la procedencia de los vehículos. Algunos propietarios afectados por la DANA están intentando vender coches que sufrieron daños por agua, muchas veces sin declarar los problemas estructurales o electrónicos que podrían aparecer meses después. Las plataformas de compraventa online y los talleres recomiendan extremar la precaución y solicitar siempre un informe de daños antes de cerrar cualquier operación.
Vendedores y concesionarios en situación crítica
Los concesionarios de coches de segunda mano también enfrentan un escenario complejo. Muchos de ellos sufrieron inundaciones en sus instalaciones y perdieron parte de su stock. La recuperación no es inmediata: reparaciones de infraestructuras, reacondicionamiento de vehículos y aseguradoras saturadas retrasan la vuelta a la normalidad. “Estamos intentando reponer inventario, pero los coches que nos llegan son escasos y más caros. Es un efecto dominó que afecta a todos”, explica Javier Llopis, propietario de un concesionario en el barrio de Campanar.
Un mercado que busca estabilizarse
A pesar de los desafíos, el mercado de vehículos usados en Valencia comienza a dar señales de adaptación. Talleres especializados en reparación de coches dañados por agua han visto aumentar su demanda, y algunas aseguradoras han puesto en marcha planes de atención rápida para coches afectados por catástrofes naturales.
Expertos consultados por este diario aseguran que, aunque los precios seguirán altos durante algunos meses, el mercado tenderá a estabilizarse hacia 2026. “Siempre que haya reposición de stock y más transparencia en la venta de vehículos dañados, los compradores recuperarán confianza y el mercado volverá a equilibrarse”, apunta Ana Beltrán, analista del sector automotriz.
Consejos para compradores y vendedores
En este contexto, la prudencia es clave. Los expertos recomiendan a los compradores: verificar el historial del vehículo, realizar pruebas de funcionamiento exhaustivas y, si es posible, acudir a un taller de confianza para una revisión completa antes de comprar. Para los vendedores, la transparencia y la documentación adecuada son esenciales para mantener la confianza del cliente y evitar problemas legales.
La DANA de octubre de 2024 dejó una huella visible en Valencia, no solo en calles y viviendas, sino también en el mercado de coches de segunda mano. La recuperación será gradual, y mientras tanto, compradores y vendedores deberán navegar un mercado más complejo, vigilante y selectivo. La lección es clara: incluso los mercados más sólidos pueden verse afectados por fenómenos naturales, y la adaptación será clave para superarlos.
