Cada vez son más los adultos que, tras años de dudas y dificultades, encuentran una respuesta a lo que les ocurre: autismo o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Estas condiciones, que tradicionalmente se asociaban a la infancia, aparecen hoy en consultas de psicología con una frecuencia creciente, también en la Comunidad Valenciana. La visibilización de las neurodivergencias, el avance en las herramientas de detección y la información que circula en redes sociales han favorecido que muchas personas decidan dar el paso de evaluarse en la edad adulta.
Un fenómeno en crecimiento
Los datos reflejan que ni el TDAH ni el autismo desaparecen con la adolescencia, aunque durante décadas muchos adultos han quedado sin identificar. Estudios internacionales estiman que el TDAH afecta a entre un 2,5 % y un 5 % de la población adulta, y que hasta un 40 % de los casos no han sido detectados. En el caso del autismo, la prevalencia global ronda el 1 % de la población, pero los expertos señalan que en adultos existe un importante infradetección, ya que muchas personas aprendieron a camuflar sus dificultades o simplemente nunca fueron evaluadas en la infancia. Estos casos resultan aún más difíciles de detectar cuando existe doble excepcionalidad, es decir, cuando se presentan conjuntamente con altas capacidades.
En la Comunidad Valenciana, profesionales de la psicología confirman que cada vez llegan más adultos a consulta en busca de respuestas. Algunos lo hacen tras reconocer síntomas en sus hijos ya diagnosticados; otros porque identifican rasgos en artículos o en redes sociales, o tras recibir la recomendación de un médico de cabecera. La sensación compartida es la de haber vivido durante años con etiquetas como “despistado”, “inmaduro” o “rarito”, sin comprender que detrás podía haber un trastorno del neurodesarrollo.
Dificultades en la vida cotidiana
El impacto de una identificación tardía es significativo. Muchas de estas personas han arrastrado problemas de autoestima, ansiedad o depresión, derivados de no entender por qué sus esfuerzos parecían insuficientes. En el caso del TDAH, los adultos suelen relatar dificultades para organizarse, mantener la atención en tareas largas o cumplir plazos en el trabajo. En el autismo, los problemas suelen estar más vinculados a la comunicación social, la rigidez en rutinas o la hipersensibilidad sensorial.
A menudo, estas características se confunden con problemas de carácter o se atribuyen a otras causas. Esto retrasa la identificación y complica la vida laboral, académica y social de quienes lo padecen. Según los especialistas, poner nombre a estas dificultades en la adultez supone un antes y un después: la persona puede comprender mejor su historia y empezar a trabajar con estrategias específicas.
La respuesta desde Valencia: evaluación y acompañamiento
En Valencia, hemos hablado con Apai Psicólogos, centro de psicología de referencia en nuestra comunidad desde 2003. Nos cuentan que están recibiendo cada vez más solicitudes de evaluación para detectar autismo y TDAH en adultos.
“Muchas personas llegan a consulta con la sensación de no encajar, de tener que esforzarse el doble que los demás o de no entender por qué se sienten diferentes. Una evaluación en la edad adulta no cambia el pasado, pero ofrece comprensión y estrategias para mejorar el presente”, explican desde Apai Psicólogos.
Además de evaluar y detectar, el centro insiste en la importancia de acompañar a las personas que descubren estos aspectos de sus vidas. El objetivo es que la persona aprenda a convivir con su neurodivergencia y encuentre herramientas prácticas para desenvolverse en su vida diaria.
El valor de la detección tardía
Aunque recibir una detección en la adultez puede generar inicialmente sentimientos de duelo o de frustración por el tiempo perdido, los especialistas coinciden en que los beneficios superan con creces a las dificultades. Saber qué ocurre permite:
- Comprender la propia historia vital desde otra perspectiva.
- Acceder a apoyos específicos en el entorno laboral y académico.
- Reducir la autocrítica y mejorar la autoestima.
- Aprender estrategias para gestionar mejor la atención, la comunicación y las emociones.
- Conectar con comunidades de personas que comparten experiencias similares.
En el caso del autismo, la identificación en adultos está ayudando a muchas mujeres que en la infancia pasaron inadvertidas, ya que sus síntomas se manifestaban de forma más sutil que en los varones. En cuanto al TDAH, el diagnóstico en adultos también permite explorar intervenciones que mejoran notablemente la calidad de vida.
Sensibilización y reducción del estigma
La mayor visibilidad del autismo y del TDAH en adultos contribuye también a reducir el estigma asociado. Cada vez más figuras públicas reconocen tener uno de estas características, lo que ayuda a normalizar la conversación. Sin embargo, Apai Psicólogos insiste en que es importante acudir a profesionales especializados y no basar la autopercepción únicamente en información de internet.
El aumento de evaluaciones de autismo y TDAH en adultos refleja una realidad hasta hace poco invisible: muchas personas han vivido años sin comprender las raíces de sus dificultades. Hoy, gracias a la labor de centros como Apai Psicólogos en Valencia, tienen la oportunidad de poner nombre a lo que les ocurre, acceder a estrategias de apoyo y construir una vida más equilibrada. El reto para la sociedad es claro: seguir derribando mitos, facilitar el acceso al diagnóstico y garantizar que todas las personas, independientemente de la edad en que se identifiquen, puedan recibir el acompañamiento que necesitan.
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